La paradoja familiar. Una historia de mentira ancestral.

La familia es un sistema social que se basa en una magia anémica; enferma y carente de salud. Sus ideales más puros buscan la felicidad, la unión y el amor sobre cualquier dificultad que se pueda presentar. Pero de hecho, en sus rasgos más profundos, esta concepción es errónea y muy pretenciosa. Estas bases son como la religión a sus seguidores; se debe creer fielmente y no juzgar las cualidades de dicho sistema. Por un lado, se busca cumplir moralmente con estas estructuras. Esto es sugerir una superioridad, el pensar que esto funciona con perfección afectiva no es sino el reflejo del ego del ser familiar. Tanto se ha dicho que el hombre es imperfecto, y tanto más que logramos establecer las políticas familiares de manera pura y perfecta. 


Por otro lado el hombre purifica sus actos malvados con sus arrepentimientos en caso de un acercamiento a la realidad verdadera del comportamiento humano, el cual se puede suscitar ("y con perdón de Dios") en el sistema familiar. De qué sirve el perdón; bien sabemos que no es para olvidar. Esta “cortesía” sólo sirve para gozar de la "moralidad" de uno mismo al poder, o sentir que uno puede, perdonar realmente. La sociedad sentencia el comportamiento “deshipocritizado” como un pase directo al infierno (digo deshipocritizado porque este comportamiento no oculta nada, simplemente muestra la realidad mental de la persona en el entorno familiar). Este sistema es el mito más escondido y el más expuesto de la sociedad. La verdad que tenemos delante se oculta detrás de nuestro propio ego, por este motivo es imposible revelarlo y exponerlo ante el mundo. Incluso requiere de justificaciones, impuestas por la familia, que doten de máscaras las acciones que tienen congruencia con la verdad que oculta el sistema familiar. El fin de ésto es mantener el equilibrio de tal sistema, sellando así las posibles salidas que conducen a la realidad de la vida humana.